En 1875 empresarios de los Estados Unidos controlaban más del 80% del terreno cultivable de las Islas, principalmente dedicado a la plantación de caña de azúcar. El aumento de los intereses comerciales concluyó con la integración, en 1898, de las islas en los EEUU. Fue en esa época cuando la influencia de la iglesia comenzó a ser menor en la sociedad hawaiana.
A principios del siglo XX, la diezmada población nativa sobrevivía en su mayor parte en Honolulú, en la isla de Oahu. Para compensar el descenso de la población local, cientos de miles de trabajadores de provenientes de Japón, Filipinas, China. España y Portugal fueron contratados para trabajar en los campos de caña.
Pero también muchos americanos empezaron a llegar a las islas para disfrutar de su clima y cultura. A través de estos visitantes es como llegan al continente las primeras descripciones de no-hawaianos contando sus experiencias como surfistas. En estos años empiezan a publicarse revistas como “Paradise of the Pacific”, que entre sus contenidos incluyen escenas de la vida en las islas que sirvieron para aumentar el atractivo turístico de Hawaii.
De entre las descripciones de esta época, la más entusiasta fue la del escritor Jack London, que llegó a las islas en 1907 a bordo de su barco Snark, y que quedó impactado cuando vio como dos hawaianos cogían olas en la playa de Waikiki. Aquella visión le llevó a describir el surf como “un deporte de reyes”, y fue fundamental para la difusión del surf. La entusiasta descripción de London fue publicada por la revista “A Woman´s Home Companion” y se hizo tremendamente popular, lo que supuso un punto de inflexión en difusión del surf en la sociedad americana de principios del siglo XX.
Portada:
1890. Surferos hawaianos
L. Fillol (dibujo): «Hawaiian Surf-riders, circa 1890.»
